Hoy hablemos de una palabra que ha muchos le pica, algunos
incluso la rascan y quisieran sacarla aunque les costara sangre, para otros es
insignificante, la usan sin ton ni son, anulando la enorme importancia que
tiene, es una palabra que debe ser dicha con el corazón, y si no es así, no valdrá
la pena decirla, esa palabra es PERDÓN, como la palabra lo dice, es un “don” un
regalo universal, que nos permite cerrar una puerta a algún capitulo doloroso
de nuestras vidas, que nos aclara los ojos al quitar las gafas oscuras del
dolor para ver, primero, que fuimos parte activa de la circunstancia, aun sin
querer y que sin el dolor podemos ver la lección escondida tras lo vivido. He escuchado a tantas personas decir “es que no
le perdonare nunca lo que me hizo” y quisiera poder hacerles entender que
inmediatamente están afirmando que no se “perdonaran nunca lo que se dejaron
hacer”, es allí que esta es la parte más triste, pues a esa persona que no
perdonas, probablemente la dejes de ver, incluso hasta dejes de saber de ella,
y más probable aun, esa persona se perdona y sigue con su vida, o podría ser de
estos seres oscuros, que los hay y muchos, que realmente no les importa el daño
del que son participes, por lo que el que los perdonen o no los tiene sin
cuidado, solo notaran la enorme carga de dolor ajeno que llevan encima el día
que, como todo en este vivir y crecer los aplaste, y son esas personas que
vemos terminar solas, alcohólicas, tristes, en una vida llena de vacíos,
rodeados de personas que no los aman y solo están por algún interés, en fin,
son miles las situaciones que la vida usa para equilibrar lo que está mal. Mi
mayor preocupación con el “Don” que es el perdón, es que no nos podemos ir de
nosotros mismos, nos paramos cada día y nos vemos al espejo, escuchamos nuestra
voz al hablar, nos tocamos, estamos presentes para nosotros mismos las 24 horas
del día, todos los días. Esa falta de perdón va marcando toda nuestra vida, nos
vamos reprimiendo de ser y hacer, vamos cambiando y metiéndonos en una coraza
que se vuelve una cárcel, porque creemos que el enemigo está afuera, pero
resulta que nos estamos encerrando con el enemigo, que no es más que no
perdonar, que obligatoriamente empieza por nosotros mismos y culmina en las demás
personas. No existe el “me perdono, pero a ti no” el perdón es lineal e
infinito después que nace en ti, sin siquiera pedir permiso se va a extender a
los demás, si no es así, no nació en ti, y no son sino palabras vacías de la acción
del corazón, que es la más viral de las acciones, no se para, no mide… no
piensa, la razón no tiene nada que ver con esto, solo ES. Mírate al espejo, siéntate
y recapitula en lo que te ha causado dolor, tienes todo tu derecho a
lamentarlo, pero también es tu derecho quitarle el poder que tiene en ti, solo mírate
profundo a los ojos, dentro de ti y perdónate, no tienen la idea de lo que
somos capaces de culparnos, muchos se culpan por no haber estado en las torres
gemelas el día que cayeron, porque se les espicho un caucho y llegaron tarde,
que si habrían estado quizás salvaban a alguien, o que si alguien tuvo que
sustituirlos y estaba allí y no él y pare de contar, gente se culpa porque las
violaron, que yo estuve donde no debía, que tome, que me puse o deje de poner,
por accidentes y la lista es enorme, el punto es que sea cual sea lo que no
perdonamos nos esta matando, la falta de perdón es el mayor cáncer, aun no
tienen una prueba para detectarlo, pero la cura existe y es perdonarte, no te
preocupes por perdonar a los demás, ese perdón que nace hacia ti no tendrá otra
salida que extenderse a todos los involucrados. Solo haz la prueba, lo veras
inmediatamente en tu rostro veras a la persona que eras antes, incluso notaras
como desaparecen una o dos arrugas, que no hay mejor tratamiento de belleza interior
y por lo tanto exterior, que vivir sin rencores y perdonarte. Se les quiere, Isa
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