domingo, 31 de julio de 2016

Pedazos de corazón...


“Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra…” y se hizo una montaña de ellas. Juzgar, creerse dueño de la razón, dejarnos vencer por nuestros complejos como el “delirios de grandeza”, eres mejor que muchos y muchos son mejor que tu, de “persecución”, seguramente muchos te harán daño sin querer al igual que tu a otros. Jesús, que fue un gran maestro, que vino a esta vida como otros, a dejarnos enormes enseñanzas, dijo esa frase tan contundente, y en la parábola de la biblia, no tiraron las piedras, pero en la vida actuar, en la vida real no dejamos de tirarlas, principalmente porque no se cumple el único mandamiento que nos dejo, y que sustituyo a cualquiera de sus antecesores “ama al prójimo como a ti mismo” Solo eso… nada mas eso y todo en la vida, como la conocemos hasta los momentos, cambiaria. Y salieron corriendo a dar amor… Y SEGUIMOS EN LO MISMO, que cual es el problema?, lee otra vez el mandamiento “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, no salgas corriendo a dar amor, estarás dando para esperar recibir, estarás dando para encontrar aprobación, estarás dando para ser reconocido y un sin fin de cosas que no son amor, y por qué?, porque no te amas a ti mismo, es por allí que hay que empezar, amarse es convertirte en lo que quieres ser, hacer lo que te gusta, vivir la vida como quieres y cuando todo eso ocurra, el amar a los demás es el proceso natural, pues no amamos en los demás el reflejo de lo que no nos gusta en nosotros, esa es la cruda verdad. Es allí donde nos pasamos la vida juzgando, en especial a los que hacen lo que nosotros no nos atrevemos a hacer, por eso cada piedra que creemos lanzar es un pedazo de nuestro corazón, ese pedazo que grita “yo quiero ser o hacer eso” pero que por miedo, por cobardía, por flojera preferimos tirárselo a quien se atreve a ser o hacer, básicamente es por ello que la persona que recibe la piedra y que se quiere lo suficiente para ser o hacer lo que le dicta su corazón, se fortalece con cada “piedra” lanzada, son energía pura, la energía que nosotros deberíamos utilizar para ser nuestra mejor versión, para amarnos profundamente, se la regalamos a otro que si esta amándose y que seguramente te ama, pues no hay otra salida después de que nos amamos a nosotros mismos sigue amar a todos los demás. Esto me lleva al siguiente punto y es, pero me enojo, pero peleo con la gente, pero a veces solo quiero estar solo o sola… y quien dijo que hacer eso era dejar de amar?… se acuerdan de la señora esta, la que nos pario, a la que le decimos “madre”, bueno, pues se enoja, te grita, se pone de mal humor, necesita su espacio, tiene problemas y no nos deja de amar. Así es el amor, es que me puedo molestar con alguien y decirle sus cuatro (ya me conocen, en mi caso sus 300) cosas, pero aun así lo amo, el momento pasa, se perdona pero por sobre todo se olvida, que el verdadero amor esta hecho más de olvido que de perdón y eso lo entendemos quienes somos padres, se portan mal, nos enojamos, lo perdonamos pero por sobre todo lo olvidamos, al punto de que en nuestros recuerdos solo esta cuando los vimos por primera vez, no el dolor que se paso para tenerlos o las noches sin dormir o tantas otras cosas que molestan, que no son nada comparadas con cuanto los amamos. No sigamos tirando nuestro corazón contra aquellos que se atreven, ni contra ninguna otra persona, si alguien realmente hace algo que nos enoja, dígalo, supérelo, perdónelo, olvídelo y siga amándose y amando.

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domingo, 24 de julio de 2016

No la persigas.


La felicidad es como una mariposa, no se debe perseguir, si te esperas ellas se posan sobre ti. Comprender que en el viaje de la vida, la felicidad, ese instante en que sientes que todo está bien, que sonríes sin motivo especifico, que las piezas encajan como en un rompecabezas perfecto, ese instante mágico en que decimos “soy feliz”, es una mariposa. Vives, sueñas, encuentras y pierdes, llegan y se van, el tiempo a veces pasa lento otras no alcanza y en ese devenir las “mariposas” te alcanzan o las encuentras, te llenan el estomago, el corazón y la cabeza, se van y regresan. No sabemos cuántas vendrán y cuantas se irán, lo que sí sabemos es que hay que salir, no a perseguirlas, pero si a estar donde ellas nos puedan encontrar, porque si bien es cierto que podrían entrar donde estemos, también es cierto que para ello debe estar una ventana abierta, nadie lograra esos momentos de felicidad, esos instantes de magia encerrado en sí mismo, encerrado en una casa o en una habitación, hay que salir a vivir, recordar que siempre se tiene lo que se merece, hay que merecer entonces, para que ese universo que conspira para darnos lo que creamos con nuestros pensamientos encuentre la forma de llenarnos de mariposas. No tratemos de atraparlas, si lo intentas huirá, si lo logras la dañaras, probablemente morirá, si habían otras cerca volaran lejos del peligro, muertas y colocadas en una vitrina, perderán el encanto, la magia, al principio es difícil verlas ir después que se posaron tan tranquilamente sobre nosotros, pero luego nos damos cuenta que siempre hay mas, que de hecho, se va una y llega otra, que siempre que estemos viviendo, superando el miedo a salir de nuestras “habitaciones” mentales, las “mariposas” siempre estarán por allí, y en cualquier momento simplemente se posan en ti y te regalan ese momento de felicidad plena, he aprendido que cuando el mundo se te hace chico es porque tu corazón se ha vuelto muy grande, tienes gente amada repartida por todas partes, no necesitas verlas ni hablarles todos los días para entregarles tu amor ni para recibir el que ellos te tienen, son mariposas que llegan, salen dan una vuelta, larga o corta, pero siempre saben que pueden posarse en ti, y cada vez que lo hacen dan ese instante de felicidad, la vida duele, la vida enseña, la vida da, la vida quita, la vida duerme y despierta, sonríe y llora, corre y camina, vivirla implica riesgos y certezas de estas últimas he aprendido a aceptar y aceptarme, a dejar ir pero también a luchar por lo que se que quiero en mi vida, a sonreír mientras lloro por dentro, pues a muchos les llena el dolor ajeno, a capitalizar la impotencia, la rabia,  tristeza y usarlos como motor (alguien alguna vez me dijo que parecía que tenía un cohete… pues lo tengo y son esas emociones), cuando es el momento me siento y veo posarse las mariposas en mi vida, las veo llegar cierro los ojos y disfruto el instante, la felicidad no es permanente, es ese instante por el que vivimos y que con el tiempo, las buenas decisiones, los buenos sentimientos, el aprendizaje, se van volviendo más frecuentes las visitas de las mariposas.

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domingo, 17 de julio de 2016

La trepadora....


Así como sucede con las personas, que buscando un camino fácil y cómodo para subir, se trepan sobre quien ellos consideran los puede llevar a su meta y en más de una oportunidad lo que hacen es hundir a esta otra persona con el peso de su carga y bajarlo a su nivel, así sucede con algunos países, y sin tapujos hablo del mío, de Venezuela, la principal característica del trepador social es la envidia y el resentimiento, quieren tener lo que otro y sienten que ese otro lo tiene porque se lo quito y él se lo merece, así mismo este gobierno de 17 años que se fortaleció en la envidia y acrecentó el resentimiento de muchos, no se ha dado cuenta, o se ha dado cuenta pero les importa un carajo, es más, se han aprovechado y lo siguen haciendo, de que los deliciosos y bellos frutos que aun da este rico árbol, están ahora más al alcance de sus destructivas manos. Como esos parásitos trepadores han hundido o doblegado el árbol que es Venezuela como ente social, político, económico. Con la consigna de “todos iguales” se treparon en bandada en el hermoso árbol que era nuestra patria y lo doblegaron, hasta hacer que sus más altas ramas, sus verdes hojas, y sus tan deliciosos frutos tocaran el suelo, personas y sociedades “trepadoras” nunca logran su objetivo, solo acaban por doblegar el tronco que pretenden usar como escalera, esto sucede simplemente porque el árbol no soporta la carga muerta de estos trepadores, que son un peso, consumen sus energías y no aportan nada. La Venezuela hermosa, llena de gente que se sentaba a ver RCTV a las 9 de la noche con una novela de Doris Wells habiendo cenado un bistec, arroz y tajada, donde el camión de la lavandería llegaba al barrio, el camión del agua potable también, el portugués de la esquina fiaba y le pagabas en la quincena, todo eso se termino. Un grupo de resentidos les lleno la cabeza de envidias y de rencores a gente feliz, y los convenció de que el objetivo era “trepar” el árbol hermoso que era Venezuela y hoy en día nos queda un árbol torcido, hundido, cuyas ramas que son la sociedad, la economía, la salud, la educación, la seguridad, la calidad de vida, la felicidad, están arrastrando por el suelo, no pudiendo subir donde creían merecer estar solo lograron bajar las ramas al nivel de lo que ellos son, pero les tengo una buena noticia, Venezuela no es un árbol, es un bambú y en lo que se bajen estos trepadores se volverá a erguir fortalecida con la experiencia y llena de personas que listas para enderezar su tronco volverá a ser lo que siempre ha sido, pues ningún trepador logra sino agotar y agotarse y o muere junto al árbol hundido o se va, en este caso se irán y nuestro noble árbol se recuperara y será aun más hermoso.

domingo, 10 de julio de 2016

No sé que fue… lo importante es que aun es.




Y me encuentro con unos expertos en eso de tener una relación sana y duradera y nos ponemos a discutir sobre el amor… el tema más fácil de la vida pues jajajajaja, y él dice “no es físico, no es instinto, no es cerebro, es algo que no se” y ese “no se” lo ha mantenido junto a ella que afirma “lo mío es mío” y lo que veo en ellos es esa complicidad, esa comunicación no verbal, ese respeto por sus espacios personales, espacios que quieren compartir el uno con el otro y digo ESO ES…. no es fácil encontrar personas que han formado una pareja y han durado en ello, y ojo DURADO EN LA PAREJA, porque los conozco, los que más la verdad, que están juntos, ósea viven bajo el mismo techo y de vez en cuando coinciden en ir al mismo lugar, pero hace mucho dejaron de ser pareja, ya los temas del temor al cambio, costumbre y blablablá los hemos tocado en otras entradas, en esta me ocupa hablar del éxito de una relación, que no es vivir como en un lecho de rosas, porque para empezar si quieres acostarte sobre rosas más temprano que tarde te pincharan las espinas. Es ese compartir sin invadir, es ese contrato no verbal entre dos almas, que lo más seguro y habiten cuerpos que no pertenecen al estereotipo preferido del otro, pero que lograron reconocerse aun estando “en un catire con anteojos” y de allí en adelante trabajaron juntos para llegar a ese punto de éxito como pareja donde para ser felices no necesitan de alimentación externa, se retroalimentan, comparten con otros mas no es la única forma de estar juntos, muchos no tienen ni idea de la cantidad de gente que pasan el día juntos y ni los buenos días se dan, pero llega alguien a visitarlos y comienzan a interactuar entre ellos, es allí donde esa “no pareja” necesita constantemente visitar y ser visitados, donde viven a través de la vida de los hijos, si los tienen, que es sano estar para ellos, dar un consejo, ayudar en su momento, pero no vivir para vivir sus vidas porque la de ellos se ha vuelto tan pesada que necesitan ayuda para cargarla. El secreto de llegar a esa relación de más de 40 años y que aun se sea PAREJA, son varios, pero de esta, que inspiro esta entrada, saco que comunicarse en todas sus formas, respetarse solos o acompañados, disfrutarse, si pueden pasar horas hablando y bien y horas en silencio juntos y bien, superar cada prueba que les ha puesto la vida y aun se miran con cariño, se tratan con respeto, se admiran mutuamente, defienden “lo suyo” porque para que haya éxito hay que defenderlo y por sobre todo se descubre que NO SE HACE NADA CON UN EQUIPO DE SONIDO SIN DISCOS, entonces habremos encontrado a esa persona con la que vale la pena levantarse cada mañana aunque no todas sean de “días de sol”.

domingo, 3 de julio de 2016

Sentir nos hace humanos


“Sentir nos hace humanos” esto me lo dijo un gran hombre, en uno de esos días emocionalmente tristes de la vida, en esos días en que se desea con toda la fuerza del mundo NO SENTIR y entonces que quedaría? De hecho los sentimientos son la razón de todo, no sentir es NO VIVIR, y agrego “es una carga y a la vez un alivio” y no pude más que pensar en que sentía por completo la carga, no tenía ni que preguntar donde la sentía, pero y el alivio?. No se puede estar feliz todo el tiempo, eso es una utopía, un deseo sin sentido, así como desear ser inmortal, o cualquier cosa que lleve al placer a ser permanente, lo único que se lograría es el cansancio, el hastío, el aburrimiento, la vida para ser “vivida” debe estar llena de negros, blancos y toda la gama de grises entre ellos, solo apreciamos la vida cuando entendemos que vamos a morir, solo disfrutamos la felicidad cuando sabemos que no es eterna, que vendrán tiempos de tribulación, dolor o angustia, solo distinguimos la alegría en contraste con la tristeza, sin su contrario ninguna de las emociones tendría sentido y tener la conciencia de ello es lo que nos hace humanos. Existen personas que no se permiten no estar felices, siempre tienen una palabra optimista, una sonrisa, un buen gesto, eso más que felicidad es estar en un estado de negación, es esconderte detrás de una máscara de felicidad, eso no es sano. Está bien no gritar a los cuatro vientos que se está triste, pero hay personas que se lo ocultan hasta a ellos mismos, reprimen cualquier expresión de su estado emocional y no suena mal, hasta que se explota. Ser “humanos” no es fácil hay que cargar con todo esto de los sentimientos y el alivio viene cuando sabemos que todo pasa, que siempre vendrá ese momento de felicidad y alegría. Vendrá…. Eso es seguro.