La felicidad es como una mariposa, no se debe perseguir, si
te esperas ellas se posan sobre ti. Comprender que en el viaje de la vida, la
felicidad, ese instante en que sientes que todo está bien, que sonríes sin
motivo especifico, que las piezas encajan como en un rompecabezas perfecto, ese
instante mágico en que decimos “soy feliz”, es una mariposa. Vives, sueñas,
encuentras y pierdes, llegan y se van, el tiempo a veces pasa lento otras no
alcanza y en ese devenir las “mariposas” te alcanzan o las encuentras, te
llenan el estomago, el corazón y la cabeza, se van y regresan. No sabemos cuántas
vendrán y cuantas se irán, lo que sí sabemos es que hay que salir, no a
perseguirlas, pero si a estar donde ellas nos puedan encontrar, porque si bien
es cierto que podrían entrar donde estemos, también es cierto que para ello
debe estar una ventana abierta, nadie lograra esos momentos de felicidad, esos
instantes de magia encerrado en sí mismo, encerrado en una casa o en una habitación,
hay que salir a vivir, recordar que siempre se tiene lo que se merece, hay que
merecer entonces, para que ese universo que conspira para darnos lo que creamos
con nuestros pensamientos encuentre la forma de llenarnos de mariposas. No
tratemos de atraparlas, si lo intentas huirá, si lo logras la dañaras,
probablemente morirá, si habían otras cerca volaran lejos del peligro, muertas
y colocadas en una vitrina, perderán el encanto, la magia, al principio es difícil
verlas ir después que se posaron tan tranquilamente sobre nosotros, pero luego
nos damos cuenta que siempre hay mas, que de hecho, se va una y llega otra, que
siempre que estemos viviendo, superando el miedo a salir de nuestras “habitaciones”
mentales, las “mariposas” siempre estarán por allí, y en cualquier momento
simplemente se posan en ti y te regalan ese momento de felicidad plena, he
aprendido que cuando el mundo se te hace chico es porque tu corazón se ha
vuelto muy grande, tienes gente amada repartida por todas partes, no necesitas
verlas ni hablarles todos los días para entregarles tu amor ni para recibir el
que ellos te tienen, son mariposas que llegan, salen dan una vuelta, larga o
corta, pero siempre saben que pueden posarse en ti, y cada vez que lo hacen dan
ese instante de felicidad, la vida duele, la vida enseña, la vida da, la vida
quita, la vida duerme y despierta, sonríe y llora, corre y camina, vivirla
implica riesgos y certezas de estas últimas he aprendido a aceptar y aceptarme,
a dejar ir pero también a luchar por lo que se que quiero en mi vida, a sonreír
mientras lloro por dentro, pues a muchos les llena el dolor ajeno, a capitalizar
la impotencia, la rabia, tristeza y
usarlos como motor (alguien alguna vez me dijo que parecía que tenía un cohete…
pues lo tengo y son esas emociones), cuando es el momento me siento y veo posarse
las mariposas en mi vida, las veo llegar cierro los ojos y disfruto el
instante, la felicidad no es permanente, es ese instante por el que vivimos y
que con el tiempo, las buenas decisiones, los buenos sentimientos, el
aprendizaje, se van volviendo más frecuentes las visitas de las mariposas.
PD. Mil gracias por leerme. llegamos a la visita 4000 en el blog. en instagram están los Avatares diarios. @simplemente.isa
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