domingo, 24 de julio de 2016

No la persigas.


La felicidad es como una mariposa, no se debe perseguir, si te esperas ellas se posan sobre ti. Comprender que en el viaje de la vida, la felicidad, ese instante en que sientes que todo está bien, que sonríes sin motivo especifico, que las piezas encajan como en un rompecabezas perfecto, ese instante mágico en que decimos “soy feliz”, es una mariposa. Vives, sueñas, encuentras y pierdes, llegan y se van, el tiempo a veces pasa lento otras no alcanza y en ese devenir las “mariposas” te alcanzan o las encuentras, te llenan el estomago, el corazón y la cabeza, se van y regresan. No sabemos cuántas vendrán y cuantas se irán, lo que sí sabemos es que hay que salir, no a perseguirlas, pero si a estar donde ellas nos puedan encontrar, porque si bien es cierto que podrían entrar donde estemos, también es cierto que para ello debe estar una ventana abierta, nadie lograra esos momentos de felicidad, esos instantes de magia encerrado en sí mismo, encerrado en una casa o en una habitación, hay que salir a vivir, recordar que siempre se tiene lo que se merece, hay que merecer entonces, para que ese universo que conspira para darnos lo que creamos con nuestros pensamientos encuentre la forma de llenarnos de mariposas. No tratemos de atraparlas, si lo intentas huirá, si lo logras la dañaras, probablemente morirá, si habían otras cerca volaran lejos del peligro, muertas y colocadas en una vitrina, perderán el encanto, la magia, al principio es difícil verlas ir después que se posaron tan tranquilamente sobre nosotros, pero luego nos damos cuenta que siempre hay mas, que de hecho, se va una y llega otra, que siempre que estemos viviendo, superando el miedo a salir de nuestras “habitaciones” mentales, las “mariposas” siempre estarán por allí, y en cualquier momento simplemente se posan en ti y te regalan ese momento de felicidad plena, he aprendido que cuando el mundo se te hace chico es porque tu corazón se ha vuelto muy grande, tienes gente amada repartida por todas partes, no necesitas verlas ni hablarles todos los días para entregarles tu amor ni para recibir el que ellos te tienen, son mariposas que llegan, salen dan una vuelta, larga o corta, pero siempre saben que pueden posarse en ti, y cada vez que lo hacen dan ese instante de felicidad, la vida duele, la vida enseña, la vida da, la vida quita, la vida duerme y despierta, sonríe y llora, corre y camina, vivirla implica riesgos y certezas de estas últimas he aprendido a aceptar y aceptarme, a dejar ir pero también a luchar por lo que se que quiero en mi vida, a sonreír mientras lloro por dentro, pues a muchos les llena el dolor ajeno, a capitalizar la impotencia, la rabia,  tristeza y usarlos como motor (alguien alguna vez me dijo que parecía que tenía un cohete… pues lo tengo y son esas emociones), cuando es el momento me siento y veo posarse las mariposas en mi vida, las veo llegar cierro los ojos y disfruto el instante, la felicidad no es permanente, es ese instante por el que vivimos y que con el tiempo, las buenas decisiones, los buenos sentimientos, el aprendizaje, se van volviendo más frecuentes las visitas de las mariposas.

PD. Mil gracias por leerme. llegamos a la visita 4000 en el blog. en instagram están los Avatares diarios. @simplemente.isa 

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