domingo, 17 de julio de 2016

La trepadora....


Así como sucede con las personas, que buscando un camino fácil y cómodo para subir, se trepan sobre quien ellos consideran los puede llevar a su meta y en más de una oportunidad lo que hacen es hundir a esta otra persona con el peso de su carga y bajarlo a su nivel, así sucede con algunos países, y sin tapujos hablo del mío, de Venezuela, la principal característica del trepador social es la envidia y el resentimiento, quieren tener lo que otro y sienten que ese otro lo tiene porque se lo quito y él se lo merece, así mismo este gobierno de 17 años que se fortaleció en la envidia y acrecentó el resentimiento de muchos, no se ha dado cuenta, o se ha dado cuenta pero les importa un carajo, es más, se han aprovechado y lo siguen haciendo, de que los deliciosos y bellos frutos que aun da este rico árbol, están ahora más al alcance de sus destructivas manos. Como esos parásitos trepadores han hundido o doblegado el árbol que es Venezuela como ente social, político, económico. Con la consigna de “todos iguales” se treparon en bandada en el hermoso árbol que era nuestra patria y lo doblegaron, hasta hacer que sus más altas ramas, sus verdes hojas, y sus tan deliciosos frutos tocaran el suelo, personas y sociedades “trepadoras” nunca logran su objetivo, solo acaban por doblegar el tronco que pretenden usar como escalera, esto sucede simplemente porque el árbol no soporta la carga muerta de estos trepadores, que son un peso, consumen sus energías y no aportan nada. La Venezuela hermosa, llena de gente que se sentaba a ver RCTV a las 9 de la noche con una novela de Doris Wells habiendo cenado un bistec, arroz y tajada, donde el camión de la lavandería llegaba al barrio, el camión del agua potable también, el portugués de la esquina fiaba y le pagabas en la quincena, todo eso se termino. Un grupo de resentidos les lleno la cabeza de envidias y de rencores a gente feliz, y los convenció de que el objetivo era “trepar” el árbol hermoso que era Venezuela y hoy en día nos queda un árbol torcido, hundido, cuyas ramas que son la sociedad, la economía, la salud, la educación, la seguridad, la calidad de vida, la felicidad, están arrastrando por el suelo, no pudiendo subir donde creían merecer estar solo lograron bajar las ramas al nivel de lo que ellos son, pero les tengo una buena noticia, Venezuela no es un árbol, es un bambú y en lo que se bajen estos trepadores se volverá a erguir fortalecida con la experiencia y llena de personas que listas para enderezar su tronco volverá a ser lo que siempre ha sido, pues ningún trepador logra sino agotar y agotarse y o muere junto al árbol hundido o se va, en este caso se irán y nuestro noble árbol se recuperara y será aun más hermoso.

domingo, 10 de julio de 2016

No sé que fue… lo importante es que aun es.




Y me encuentro con unos expertos en eso de tener una relación sana y duradera y nos ponemos a discutir sobre el amor… el tema más fácil de la vida pues jajajajaja, y él dice “no es físico, no es instinto, no es cerebro, es algo que no se” y ese “no se” lo ha mantenido junto a ella que afirma “lo mío es mío” y lo que veo en ellos es esa complicidad, esa comunicación no verbal, ese respeto por sus espacios personales, espacios que quieren compartir el uno con el otro y digo ESO ES…. no es fácil encontrar personas que han formado una pareja y han durado en ello, y ojo DURADO EN LA PAREJA, porque los conozco, los que más la verdad, que están juntos, ósea viven bajo el mismo techo y de vez en cuando coinciden en ir al mismo lugar, pero hace mucho dejaron de ser pareja, ya los temas del temor al cambio, costumbre y blablablá los hemos tocado en otras entradas, en esta me ocupa hablar del éxito de una relación, que no es vivir como en un lecho de rosas, porque para empezar si quieres acostarte sobre rosas más temprano que tarde te pincharan las espinas. Es ese compartir sin invadir, es ese contrato no verbal entre dos almas, que lo más seguro y habiten cuerpos que no pertenecen al estereotipo preferido del otro, pero que lograron reconocerse aun estando “en un catire con anteojos” y de allí en adelante trabajaron juntos para llegar a ese punto de éxito como pareja donde para ser felices no necesitan de alimentación externa, se retroalimentan, comparten con otros mas no es la única forma de estar juntos, muchos no tienen ni idea de la cantidad de gente que pasan el día juntos y ni los buenos días se dan, pero llega alguien a visitarlos y comienzan a interactuar entre ellos, es allí donde esa “no pareja” necesita constantemente visitar y ser visitados, donde viven a través de la vida de los hijos, si los tienen, que es sano estar para ellos, dar un consejo, ayudar en su momento, pero no vivir para vivir sus vidas porque la de ellos se ha vuelto tan pesada que necesitan ayuda para cargarla. El secreto de llegar a esa relación de más de 40 años y que aun se sea PAREJA, son varios, pero de esta, que inspiro esta entrada, saco que comunicarse en todas sus formas, respetarse solos o acompañados, disfrutarse, si pueden pasar horas hablando y bien y horas en silencio juntos y bien, superar cada prueba que les ha puesto la vida y aun se miran con cariño, se tratan con respeto, se admiran mutuamente, defienden “lo suyo” porque para que haya éxito hay que defenderlo y por sobre todo se descubre que NO SE HACE NADA CON UN EQUIPO DE SONIDO SIN DISCOS, entonces habremos encontrado a esa persona con la que vale la pena levantarse cada mañana aunque no todas sean de “días de sol”.

domingo, 3 de julio de 2016

Sentir nos hace humanos


“Sentir nos hace humanos” esto me lo dijo un gran hombre, en uno de esos días emocionalmente tristes de la vida, en esos días en que se desea con toda la fuerza del mundo NO SENTIR y entonces que quedaría? De hecho los sentimientos son la razón de todo, no sentir es NO VIVIR, y agrego “es una carga y a la vez un alivio” y no pude más que pensar en que sentía por completo la carga, no tenía ni que preguntar donde la sentía, pero y el alivio?. No se puede estar feliz todo el tiempo, eso es una utopía, un deseo sin sentido, así como desear ser inmortal, o cualquier cosa que lleve al placer a ser permanente, lo único que se lograría es el cansancio, el hastío, el aburrimiento, la vida para ser “vivida” debe estar llena de negros, blancos y toda la gama de grises entre ellos, solo apreciamos la vida cuando entendemos que vamos a morir, solo disfrutamos la felicidad cuando sabemos que no es eterna, que vendrán tiempos de tribulación, dolor o angustia, solo distinguimos la alegría en contraste con la tristeza, sin su contrario ninguna de las emociones tendría sentido y tener la conciencia de ello es lo que nos hace humanos. Existen personas que no se permiten no estar felices, siempre tienen una palabra optimista, una sonrisa, un buen gesto, eso más que felicidad es estar en un estado de negación, es esconderte detrás de una máscara de felicidad, eso no es sano. Está bien no gritar a los cuatro vientos que se está triste, pero hay personas que se lo ocultan hasta a ellos mismos, reprimen cualquier expresión de su estado emocional y no suena mal, hasta que se explota. Ser “humanos” no es fácil hay que cargar con todo esto de los sentimientos y el alivio viene cuando sabemos que todo pasa, que siempre vendrá ese momento de felicidad y alegría. Vendrá…. Eso es seguro.

martes, 28 de junio de 2016

Y me vuelve a ocupar la madurez....


Hay un día, en que un simple detalle te pone todo en perspectiva, alcanzar madurez emocional es un trabajo que no se acaba nunca, cada etapa de este crecimiento tiene su belleza, pero así mismo cada etapa debe ser superada, no nos podemos enganchar en ninguna pues por muy bella que sea, no se crecería emocionalmente, imagina quedarte enganchado en los 7, cuando todo es asombroso y cada emoción es nueva a la conciencia, o en los 12 donde buscamos la aprobación de nuestro entorno, en los 14 con la rebeldía en su apogeo, en los 18 llenos de ideales, en los 30 donde todo es buscar la seguridad y ni que decir de los hermosos 40, donde reinventarse es el norte, el tema es que por muy hermosa que sea una etapa debe ser superada, conozco gente que a los 30 son rebeldes y a los 40 buscan aprobación al igual que algunos, que llaman “viejos prematuros” a los 20 están buscando seguridad, entrar en una zona de confort y no salir nunca de allí, yo misma he llegado a decir “se imaginan tener 20 con la experiencia de los 40¡¡¡”, eso seria y es (para muchas personas que por alguna circunstancia han vivido una vida acelerada, de verdad a los 20 tienen la experiencia y la aptitud de una persona de 40) una de las peores cosas, pues no veríamos las experiencias correspondientes a esa edad con los ojos adecuados para disfrutar la experiencia, esa es la edad de los amigos incondicionales, de las aventuras sin pensar mucho y un sinfín de experiencias asociadas a la juventud, si piensas como alguien mayor, pensaras que esas aventuras son peligrosas, esos amigos no son tan incondicionales como parecen (y es verdad, no todos lo son pero el maravilloso cristal de los lentes de los  20 años no nos deja ver el interés que hay detrás de algunas amistades, y está bien, ya llegara el tiempo de eso, pero como diría mi abuela “nadie nos quitara lo bailado”). No debemos lamentar el final de una etapa, porque significa que alcanzamos la madurez emocional para pasar a la siguiente, significa que cada vez estamos más a gusto con quienes somos, pues nacemos con la necesidad real de depender de otros y el desarrollo físico y emocional es para alcanzar la independencia y así como aprendemos a caminar, a vestirnos, a comer solos y luego a mantenernos económicamente, a nivel emocional también nos vamos desarrollando y de depender, de asombrarnos, necesitar aprobación, necesitar ser rebeldes, necesitar seguridad, llegaremos a esa etapa donde al fin somos libres emocionalmente, nos aceptamos como somos, no necesitamos la aprobación, sabemos decir un sí y un no con la misma facilidad y principalmente aceptamos que cada quien es como es y no es nuestra culpa si no son exactamente lo que queríamos que fueran, padres, pareja, hijos, amigos a todos les damos la libertad de ser como son pero principalmente nos damos la libertad de ser, sin importarnos que crean o piensen los demás, y saben lo más asombroso, en esa etapa descubriremos a muchas personas que estarán encantadas con lo que somos y gozaremos de su compañía sin obsesiones ni apegos, que esas emociones ya se habrán superado. Aprender a ser tu mismo, a dejar el ego atrás, ese ego que siempre quiere que todo sea como tú quieres que sea, descubrir que cada etapa se debe vivir a plenitud y muy importante, si ya alcanzamos esa madurez, comprender que los demás van a vivir sus etapas y por mucho que los amemos (o queramos controlarlos, que mas hacia allá tira ese supuesto amor) es su vida, es su crecimiento y piénsenlo, quitarles la oportunidad de vivirlo es como poner a un niño en silla de ruedas para que no aprenda a caminar porque “se puede hacer daño”, nada que te hace crecer te puede dañar, te puedes caer y te puede doler, pero no hay daño, hay experiencia y crecimiento, dejar de desear que las cosas sean distintas (uno de los sentimientos más desgastantes que hay por la impotencia que genera) y entender que son exactamente como deben para nuestro crecimiento.

domingo, 26 de junio de 2016

Si te quieres ir, no es amor...


La larga lista de emociones y sentimientos que mantienen juntas a dos personas que no deberían de estarlo, es inmensa, desde el momento en que se confunde pasión con amor, apego con amor, admiración con amor,  porque, si bien es cierto que el amor solo no basta, todo lo demás sin amor no sirve y el amor es ese ingrediente mágico, ese “no sé que le veo” ese “amo sus defectos”, porque amar no es ver bello y perfecto a ese otro ser humano, es mas verlo “feo e imperfecto” y de todas formas sentir que “es”. El tema me lo inspira un escrito del conocido Irrael Gómez y que decía “Si te quieres ir, pero no puedes, estas enamorado”, he inmediatamente pensé, “si te quieres ir, correeeee, allí no hay amor”. Si amaras, aun al presentarse los obstáculos, que son parte del andar por esta vida, te querrías quedar, se lo voy a poner más fácil, cuántos de los que me leen estamos aun aguantando la pela en Venezuela, o cuantos de los que se han ido y están seguros y abastecidos y ganando en dólares no se querían ir y más aun, no ven la hora de regresar, por qué?, porque amamos a Venezuela y cuidado¡ no se me vayan a confundir y digan “aaahhhh  por eso aguanto que me pegue o me maltrate psicológicamente, porque lo amo”, primero seguro de esa relación te quieres o has querido ir y no has podido y segundo Venezuela no nos ha tratado mal, sino su gobierno, eso sería como dejar de amar a alguien porque los suegros sean malos. Las razones equivocadas para permanecer en una relación van desde el apego, que es esa sensación de que la otra persona es parte física de uno, incluso cuando la relación es mala, cuando hay ausencia física (y no emocional, en este tipo de relación, se está emocionalmente separados) se siente como que les falta algo, hasta temor al cambio, ese querer irse, pero temer al vació de no saber que depara el futuro ese “mejor malo conocido que bueno por conocer”, las señales de que una relación no es la adecuada son muchas y muy lamentablemente solo aprendemos por experiencia en cuanto a esto, pues si hay algo que nos pone ciegos es esa etapa de gustar, de compatibilidad química, que hay al principio de toda relación, sea que se vaya a convertir en un verdadero amor o solo sea pasión, gusto u obsesión. Es allí que muy poco vale que yo o cualquiera les diga que busquen las señales de que es el o la correcta o de que no lo es. Volviendo al tema que me ocupa y que en mi opinión es la señal más inequívoca de que lo que se siente es cualquier otra cosa menos amor, si quieres irte, piensas en irte, estas tan harta o harto que te quieres ir, sueñas con irte… Váyase¡¡¡ No hablo sin bases, una vez me fui, y pase por todo el crisol desde el apego hasta el miedo, pero lo hice, que si es difícil, lo es, los seres humanos hasta a lo malo nos acostumbramos (y si no miren cuantos años llevamos aguantando este gobierno en Venezuela) pero después de ese primer viento que crees te va a tumbar viene la libertad, esa que es fundamental y que debe seguir existiendo en una relación de amor, donde se está porque se quiere, donde dos libertades se juntan para seguir un camino.

domingo, 19 de junio de 2016

Padre ... nos lleva en su corazón.

Padre… ese ser que aporta la mitad de nuestros genes, esa persona, que a diferencia de la madre no nos conoce hasta que nacemos a este plano pero que, si es de los buenos, nos amara sin barreras, esa persona que se convertirá en nuestro primer Súper Héroe, independientemente de que actúe como uno, porque, saben, no todos encuentran el camino para cumplir su rol de padres, rol, que digan lo que digan, todos vamos aprendiendo con la práctica, como reflejo de los nuestros, como antirreflejo también, por experiencias propias, y los mas con un sinfín de libros y teorías que algunas se aplican, otras no. El rol del padre, más que el de la madre, no es tan fácil de cumplir, las mujeres venimos diseñadas por la naturaleza para proteger a la cría, el hombre está diseñado para sembrar la semilla, el hombre es “la abeja” que poliniza y se va, la mujer es el árbol, donde crecerá el fruto y se nutrirá y cuidara hasta que madure y le toque salir de la rama. La civilización, la formación de la sociedad, el transcurrir de la historia fue moldeando la figura del “padre” dentro de un núcleo familiar, ya siendo el que siembra y cuida desde su fortaleza, provee y poco a poco se fueron formando los lazos de filiación que no son innatos en su totalidad en el hombre. No me mal interpreten, no justifico, ni tiene en pleno siglo 21 ninguna justificación la falta de arraigo filial en un hombre, pues estoy hablando de los pininos de la sociedad y solo haciendo la acotación de la falta del “instinto paterno” que mas que algo instalado en el hipotálamo (donde se encuentran todas esas reacciones, emociones y sentimientos que llamamos primigenios) ha sido para el hombre una conducta aprendida y afianzada a lo largo de la historia, Soy madre y no quiero con esto desmerecer para nada el amor y la necesidad de protección que tenemos para con nuestros hijos, que como el amor de madre solo por encima el de Dios. Pero sí, quiero hacer un homenaje especial a esos hombres que a lo largo del crecimiento de la humanidad y de su civilización el amor a sus hijos fue creando el paradigma actual de “padre”, ese que ya no es solo el que engendra y trae el alimento, sino el que da amor, apoyo, compañía, consejos, abrazos. Ese que lucha a diario para darles un hogar seguro a sus hijos. Ese que lo aposto todo a la calidad de la crianza de una familia contra su instinto de regar su semilla y apostar a la “cantidad” sin involucrarse en las vidas de esos hijos, que no me lo van a creer pero acabo de conocer de un padre con 53 hijos… en pleno siglo 21 y no un campesino, sino un profesional. A esos hombres que han colocado a sus hijos por sobre su instinto natural de preservación de su estirpe, a esos que se dedicaron y dedican a dar amor, nadie ha dicho que perfecto, que las madres tampoco lo somos, pero que ha estado allí, y no como una figura distante, mas el esposo que el padre, no a ese, que de verdad siente placer viendo crecer a sus hijos y participando en ese crecimiento, protegiendo no solo física y económicamente sino emocionalmente. A ese padre que aprendió a abrazar, a consolar, a dar consejos, a poyar, a incluso aceptar las decisiones de sus hijos aunque no fueran sus opciones, a ese padre que de verdad ama a esas crías sin haberlas tenido nueve meses dentro de ellos y sin que sea un instinto básico. Para esos hombres que se convirtieron en lo que realmente es un “padre”, mil felicitaciones, en este y en todos los días.