Que por qué querer a una madre, primero porque nos deseo con
toda su alma y nos espero y acuno en su vientre, porque no nos esperaba, pero
en el momento que supo que veníamos su corazón salto de alegría y su ilusión no
pudo ser mayor, porque no nos deseaba en ese momento de su vida, pero aun así
cuando dimos la sorpresa y se asusto tanto por encima de todas sus
circunstancias nos protegió y asustada y todo nos tuvo y en el momento en que
nos vio todos sus temores se esfumaron, porque por más que nos deseo y busco la
manera de tenernos con su cuerpo no se pudo y nos tuvo con su alma y hasta nos
escogió y les aseguro que no con sus ojos sino con el corazón. Muchos creen que
se ama a una madre por los abrazos, besos y caricias, no es que no nos gusten,
pero amamos a nuestra madre por sus regaños, sus peleas para que hiciéramos más,
sus consejos, sus límites a nuestro comportamiento descontrolado de los
primeros años (y para algunos de todos sus años). Porque aun si ser madre fuera
terminar la carrera, ejercer conocer al hombre ideal, casarse, comprar una
bella casa, tener plata en el banco y dos carros, estar en perfecto estado de
salud planificar un embarazo y lograrlo inmediatamente, pasar nueve meses donde
subimos 5 kilos y ni vómitos ni mareos, todos nacieran en una clínica con una
cesárea programada sin complicaciones de ningún tipo y desde que nace el bebe
duerme toda la noche y va al baño solo, aun así y sabemos que ni cerca, que
alguien al mirarte a los ojos sienta que tu eres su mundo sin importar nada
mas, solo por eso, el amor de madre es único. Crecemos y pasan muchas cosas los
caminos pueden alejarnos física y emocionalmente de ese ser que nos dio la
vida, pero siempre hay retorno en especial porque siempre, siempre, ella nos
estará esperando con los brazos abiertos, aunque después venga otro regaño. No
importa, la querremos más si es posible.
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